domingo, 27 de diciembre de 2009

PERDER EL GLAMOR CON ESTILO

* Imagen cortesía de HOLA.com

Stilettos vertiginosísimos, vestidos sumamente largos y faldas tan entubadas que son un reto al equilibrio; han sido, en innumerables ocasiones, artífices de caídas y resbalones; que son a su vez, muestra de que las expertas de las pasarelas son tan humanas y tan falibles como nosotras. Situaciones como ésta, convierten a las modelos de pasarela en modelos de buena actitud, y ¿por qué no? de estrategia para salir con todo estilo, de aquellas situaciones que nos hacen perder el glamour.

Lo admito, hay eventos en la vida que nos hacen perder el balance, en los que quedamos en ridículo y que pueden ser una pesadilla de aún mayores dimensiones si además, nuestra hazaña fue presenciada por un cúmulo de testigos, agravándose todavía más el penoso momento si entre ellos están los suegros, el jefe, el galán que nos trae loc@s o un personaje importante; pero vamos, ¡que nos ha pasado a todos!... ¿Quién no ha sufrido una caída pública, un tacón despegado, una falda voladora a lo Marilyn Monroe, un bikini víctima de la fuerza del océano o el menú del restaurante impreso en el vestido más blanco?... ¡Y qué decir de la escena que pareciera ser parte de la más escalofriante película de terror, donde la protagonista llega a la fiesta y la bruja de la historia trae el mismo vestido!... Entonces, el mundo se le desmorona, se siente frustrada y expuesta al ojo clínico de la cruel concurrencia, olvidándose de que su misión es pasar un rato agradable y que ha ido a ese sitio a divertirse; pero ¿cómo divertirse después de momentos tan desagradables en los que la seguridad en ti mismo ha sido vulnerada?... Aquí te doy cinco pautas facilísimas:

1. Recuerda que: todos somos humanos y por tanto falibles ¡No te exijas tanto!

2. Si has arrancado una sonrisa o mejor aún, una carcajada de tus testigos, probablemente les has alegrado el día; ¡Diviértete tú también y tómalo con humor!

3. Si te lesionaste físicamente durante el percance, no quieras levantarte de un brinco; tómate el tiempo necesario para evitar consecuencias graves y ¡tómatelo con filosofía!

4. Que no te avergüence pedir ayuda, ni aceptarla cuando ha llegado sola.

5. No olvides nunca, que el mejor outfit es la actitud; siéntete seguro de quién eres y disfrútate para poder también disfrutar de cada momento.

Con actitud positiva, buen humor y una sonrisa; la seguridad se apoderará de ti y te acorazará contra la vergüenza destructiva; impidiendo que un percance acabe con la diversión o te impida seguir con tu plan inicial; además sólo con actitud positiva serás capaz de aprender de la experiencia y fortalecer tu seguridad en base a ella; y es justamente esa seguridad, la que te permitirá que en esos momentos en los que se pierde el glamour, tú, mantengas el estilo, haciendo de éste tu sello personal. ¡No te tomes los fallos tan en serio; acéptate y disfrútate; recuerda: ya bien dice el dicho que “lo importante no es caer, sino levantarse” y es tu elección con qué actitud lo haces… no dejes pasar ninguna oportunidad para presentarle al mundo la mejor parte de ti!

* Artículo de mi autoría publicado en la Revista Alejandro Cano Fashion & Lifestyle ed. Diciembre de 2009.