domingo, 4 de octubre de 2009

La higiene, también es estilo

Sabia y acertadamente, Gabrielle Chanel Afirmó: "La elegancia no consiste en ponerse un vestido nuevo" y ciertamente, cuando se refería a esto nos hablaba del porte, del estilo propio, de la actitud y de tener buena presencia.
La buena presencia consiste justamente en la conjunción de ciertos elementos indispensables: la proporción entre nuestro cuerpo y las prendas que usamos, el saber llevarlas adecuadamente, la actitud correcta y por encima de todo, pulcritud y la higiene, elemento que desafortunadamente vemos cada día más devaluado. Veo, con horror, como hoy en día resulta simpático para algunos e incluso atractivo para otros, el hecho de que famosos, celebridades y "estrellas" mediáticas, declaren con desenfado su falta de higiene, prolongando incluso por días, la inclusión de elementos como el agua, el jabón y la pasta dental (herramientas indispensables en la vida de cualquier persona se pensaría) en su rutina de vida.

Sin embargo, no hay que perder de vista que si bien, la higiene y la limpieza es una cuestión de buena presencia, es primordialmente un tema de salud.

En pocas palabras... ser una persona limpia es lo más parecido a ser un@ dios@. Si hay un área en la vida en la que es imperdonable tomar atajos es la higiene personal. El olfato, es el más agudo de los sentidos y un olorcillo extraño puede durar mucho tiempo en nuestra memoria. Estos no son tiempos medievales y nosotros, vivimos en un clima muy caluroso, por lo que cuando se presente usted ante el mundo no hay excusa alguna para tener mal aliento, olor corporal o una imagen de poca higiene. Por ello, he aquí unas pautas:

En aquel sitio donde pasa todo el día, por ejemplo, su sitio de trabajo, tenga en todo momento en su bolso o en un cajón de su mesa un neceser para arreglarse que contenga: desodorante, pinzas, lima de uñas, un paquete de caramelos de menta, pasta y cepillo dental, palitos para los oídos, un espejo, productos femeninos de higiene, polvo o crema matificante y en casos puntuales, una muda de ropa interior.

Nunca olvide que causar una buena impresión es la suma del carisma (expresión) y estética (imagen).

- Es importante, extremar precauciones en cuanto a:

a) Marcas de las axilas en la ropa.

b) Nuestro aliento.

c) El rostro y sus matices.

d) Las suelas de los zapatos.

e) Las uñas.

f) La perfecta higiene dental

g) Las orejas y uñas.

h) El perfume. Son peligrosos tanto el defecto como el exceso. ¡No intentamos asfixiar a nadie!

- Los gases. Nunca, por ningún motivo son admisibles y si alguien sufriera un accidente no lo evidencie.

- Evite el uso excesivo de gomina y productos que estropean o hacen lucir sucio el cabello.

- Cuide su peinado y el mantenimiento de los tintes.

- Pida incluso a un colega de confianza que le haga un examen rápido y respecto a ser recíprocos en este punto:

a) Hágalo siempre en privado.

b) Sea siempre amable y de ser preciso directo.

c) Sea asertivo, recomiende un nuevo producto si es preciso. Incluso regáleselo si es posible; sé, que en ocasiones, esto podría resultarnos incómodo; pero créame, esa persona y quienes le rodean (incluyendo tu propio olfato mi querido lector) lo agradecerán.

Y recuerda, que tu higiene es parte fundamental de tu imagen y que aunque a veces resulta un tema un poco obvio, es importante preguntarnos que tan bien cumplimos con estas pautas indispensables, ya que tanto en el campo profesional como personal, el cuidado que tienes sobre tu limpieza siempre hablará de tu autoestima, del respeto hacia tu propia persona y también, del respeto que tienes hacia los demás. Gracias como siempre... ¡Nos leemos la próxima!