lunes, 4 de abril de 2011

Diccionario de Estilo: Cortes de diamantes.


La primavera llega con sus flores, sus colores y un espíritu romántico que la carga de sorpresas, muestras de afecto y ¿por qué no? mucho glamour, por ello en esta ocasión traigo para ti una de las joyas más codiciadas por hombres y mujeres alrededor del mundo, y que además de significado, encierra una gran cantidad de conocimiento, historia y que representa el ícono del compromiso, por supuesto hablo de los diamantes.


Desde Marilyn Monroe hasta la emblemática Holly Golightly protagonizada por la siempre elegante Audrey Hepburn reconocieron la magia que los diamantes encierran; numerosas películas, novelas y hechos históricos nos hablan de este preciado bien y es lo justo, conocer un poquito sobre ellos. El diamante, considerado la piedra más preciosa por constituirse de una sola pieza que le da gran dureza, es un elemento preciadísimo desde hace ya varios siglos; ya que además, por su naturaleza, tiene la gran capacidad de reflejar la luz, lo cual variará por distintos aspectos como su corte, su pureza, su claridad y su quilate; para entender un poquito más de ello vayámonos, nunca mejor dicho, por partes:


Claridad: Debido a que durante su formación, se crean inclusiones microscópicas en su interior de cristales de carbón muy pequeños, el diamante (dependiendo de éstos) será más o menos claro o dicho en palabras comunes, transparente y sin manchas, por lo que a mayor claridad, será más cotizado. Esta claridad lo clasificará con siglas que van desde la FL (sin defectos internos) hasta la I3 (con inclusiones o imperfecciones visibles al ojo).


Color: La ausencia de color o tonalidad en un diamante, determinará la calidad y valor del mismo, ya que aunque muchos contienen ligeras tonalidades que van desde el amarillo, rosa, café hasta el azul, los diamantes más incoloros serán siempre los más valiosos; a mayor “pureza de blanco” el diamante será más preciado. Por ello, el diamante blanco “casi azul” es muy preciado ya que es extremadamente blanco. Para observar el color de un diamante, debe hacerse mirándole transversalmente sobre un lienzo o fondo blanco. El color de un diamante también se establece mediante una escala de siglas, que va desde la letra D hasta la Z (mientras más cercano sea al inicio del abecedario, más incoloro será y por lo tanto más costoso).


Partes del diamante: las partes de un diamante son la corona (parte superior del diamante en vista aérea), Pabellón (parte inferior que aloja las facetas principales, inferiores y el Culet), Cintillo (o Filetín, que une la corona y el pabellón), Cullet (une todas las partes, es la punta inferior). La manera de medir la calidad de la forma será a partir de dos aspectos: el pulido (lustre y acabado de cada faceta o cara) y la simetría (posición y alineamiento de las facetas entre sí). Cabe destacar que el equilibrio entre la distancia que se halla entre el pabellón y el cintillo dará mayor o menor profundidad al diamante y que el exceso o e defecto de ésta, afectará también el paso de la luz, por lo que los ideales conservan una distancia media entre ambas partes.


Peso o Quilate: Es la medida de peso de un diamante y se relaciona directamente con la pureza, el color y el corte a fin de determinar dicho quilate. 1 quilate corresponde a 200mg y a su vez, cada quilate se divide en 100 puntos, por lo que por ejemplo un diamante de 25 puntos equivale a ¼ de quilate. Quilate se abrevia Ct que en inglés significa Carat.


Corte: El corte de un diamante es un elemento esencial, ya que de ello dependerá la reflexión de la luz del mismo y por ende su brillantez; un buen corte permitirá que entre faceta y faceta (es decir entre cara y cara) se amplíe el brillo de la piedra. El corte más común es el denominado Brillante (de forma redonda), aunque existen otros como el corte Marquesa (estilo oval pero afilado en los extremos longitudinalmente más largos); Esmeralda (octagonal alargada, generalmente rectangular; sumamente clásico pero de menor brillo debido a su talla o forma de corte); Corte Princesa (Típica talla brillante a cuatro caras, cuadrada pero ligeramente rectangular); Cuadrado, Asscher o de Carré (formado por un cuadrado de esquinas achaflanadas) , en forma de Corazón, de pera (mezcla la elegancia del corte redondo o brillante con la esbeltez de la Marquesa, pero sólo en uno de sus extremos), Oval (conserva el estilo de talla del brillante o forma redonda, pero es alargado a modo de óvalo) y Triangular (conserva la talla o tallado de un corte cuadrado pero su silueta es triangular).


Ahora sí, si eres chico estás listo para elegir el ideal para la protagonista de tus sueños y si eres chica ¡A dar el sí, quiero!


¿Quieres sugerirme algún tema? ¡Me encantará leerte! Escríbeme a imakers@hotmail.com


* Artículo de mi autoría publicado en la revista Alejandro Cano, Fashion & Lifestyle ed. febrero 2011.